martes, 23 de febrero de 2010

Y un jamón… de Jinhua

Jinhua es un pequeño “pueblo” de la provincia de Zhejiang (al sur de Shanghai). En el casco urbano habitan unos 900.000 habitantes, cifra que siempre he asociado a “gran ciudad” pero que la mayoría absoluta de mis entonces paisanos consideraban ridícula e indigna de merecer la categoría de ciudad a secas.


Guardo un especial cariño a Jinhua por ser mi primer destino en China. Creo que Jinhua también me acogió con especial cariño por ser – si no el primero – uno de los contadísimos extranjeros allí instalados. Oí hablar de la existencia de un alemán, pero nunca pude conseguir establecer contacto. La verdad es que el mayor atractivo de la ciudad era su autenticidad: China en estado puro.

La vida transcurría plácidamente paseando por sus calles y plazas, comiendo en sus restaurantes y asombrándote de causar asombro a sus habitantes, sobre todo a los niños.

Jinhua fue la ciudad donde descubrí la increíble vida de los parques chinos. El parque de Jinhua se extiende a lo largo de la orilla izquierda del río Yiwu, que divide la ciudad en dos sectores. Nunca imaginé que a las 7 de la mañana de cualquier día de la semana un parque se poblara de cientos de ancianos practicando gimnasia o Tai-chi en su uniforme “Mao”, se reuniera un pequeño coro a ensayar e incluso se dieran clases de baile de salón, actividad esta con decenas de seguidores. Tampoco faltaban jugadores de Badminton, patinadores y heterodoxos cuyos espasmódicos ejercicios no encajaban en modalidad deportiva o gimnástica alguna.

Mi estancia en Jinhua se prolongó a lo largo de 6 meses. A decir verdad, creo que se me hubiera hecho monótono seguir viviendo allí. Han pasado 5 años desde mi despedida de la ciudad, y como toda China, Jinhua se moderniza a pasos de gigante. Ya tienen su tren de alta velocidad y se ha inaugurado una especie de Expo de la Señorita Pepis junto “a mi parque”, con pabellones de renombrados arquitectos chinos y del extranjero. Dos buenas razones para volver y confirmar de paso que los ancianos gimnastas son bien inmortales, bien espectros que cada mañana emergen del lecho del río para impresionar a los incautos extranjeros insomnes. Y para quien se esté preguntando a estas alturas a qué viene el título y la foto del presente post, ahí va la explicación.

FOTO: el magnífico ejemplar arriba expuesto es un representante de la raza “liang tou wu” que podemos traducir como “negro en los dos extremos”. A partir de este puerco local se obtiene el famoso jamón de Jinhua. He dicho bien: JAMÓN. De sabor algo salado para nuestro gusto y considerado un producto de lujo, constituirá la base sobre la que en un futuro no muy lejano, se obtendrá el jamón destinado a la exportación… a España entre otros países. Seguramente, no faltará el inversor español, y si falta, el hueco lo aprovechará algún inversor italiano.

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